No te
apagues deciduo
Árbol mío
callado
No te
escurras, te agotes
No
abandones tus soles.
Sé mi
bosque por siempre
el de Hood,
el de otros.
La madera,
el perfume
el refugio
y el soplo.
Incipiente,
cual brote
me cubriste
de estrellas
cuando en mi
nimiedad
elevabas tus ramas
para darme la luna
a sorbos-
cucharadas.
En la
metamorfosis
de esta vida,
la mía
fui tu
brote, la flor,
fui la
fruta amarilla.
Hoy soy
pájaro azul
de la
ignota presencia
no imagino
mi nido
sin tu luz,
con tu ausencia.
Bajo el
fiero huracán
protegiste
mi cielo
evitando lo
gris
lo cubriste
de flores.
Si volar he
aprendido
Lo alcancé
de tus ramas
En tu hoja
inmortal
vi brillar
mis mañanas.
He bebido
tu néctar
de
primaverales años
Y con él,
la sapiencia,
la entereza,
la aurora,
la
esperanza, la fiera.
Vi caer las
nevadas,
en tus
gajos desnudos
y sorteando
estaciones
te cubriste
de flores
En veranos
de otros, primaveras foráneas
Con tu savia
curaste las heridas ajenas.
Aunque en ello
restaras el ramal de tus días
al viento
regalabas con tu polen la vida.
Sin embargo
pulsaba en tu estoica raíz
un futuro
perfecto que latía y latía
Mientras
otros bebían…
Y me diste
de hogar rebosante follaje
Para el
hoy, el mañana,
la ilusión y
los años.
Me
enseñaste de arrojos
Y que no
hay vuelos vanos
Aferrada a
la luna
Soportar
las vacíos.
Hoy tu
tronco quebrado
Se deshace
en mis manos
Y soy nada,
soy nadie
Sólo un pájaro
gris
que te ve
claudicar
sucumbir al
ocaso.
Y quisiera
sin más
Por el
siempre, el perpetuo
ser la
savia que bebas
encender
primaveras.
Y llegar
como vos
con el
clima templado
Y serena
cual lago
entibiar
tus mañanas.
Darle inmortalidad
a tus hojas carnosas
Y feliz con
mi vuelo
abonar tus
raíces
Regalarte
esos sueños
Que perdiste,
que diste…
Y ofrecerte
estas alas
Renacer en tus brozas.
ave
caducifolia
para su
árbol perenne.
2 comentarios:
Querida amiga Judith,
Llamar a tu madre "mi lugar en el mundo", transparenta tu nobleza, en acto y en sangre.
Uno recupera la fe en la humanidad leyéndote, ¿sabes?
Te agradezco tres cosas:
1. Que ames a tu madre.
2. Que te ames.
3. Que nos sigas brindando bellezas como Caducifolio.
Mis bendiciones.
Amigo...este canal que brindan las palabras para hacer del dolor algo más bello , tal vez en la búsqueda del milagro de esperar que las propias palabras puedan transformar realidades y perpetuar esos seres que uno quisiera conservar para siempre.
Nada más que la maravilla puede surgir de este amor con el que mi madre me ha alimentado, con esa fe y esa garra que hacen uno nunca quiera bajar los brazos a pesar de todo...
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