lunes, 8 de febrero de 2010
Tijeras, por Judith Márquez
Mudo mi cabello filamento a filamento, mecha a mecha
Sustituyo con él felicidad, angustia, restos de naufragios, nacimientos.
Modifico, innovo, altero, transfiguro, diferencio, transformo
Y es la vida, es el alma en queratina cayendo imbuida de presencias (y de ausencias).
Recorto, evoluciono, permuto, conmuto, desfiguro, deformo, altero
Corazas proteicas rancias por el tiempo, helicoidales, infinitas, truncas y enteras
Corrijo, relevo, enmiendo, rectifico, disfrazo, tergiverso
Capa a capa lo observo caer elástico, colágeno, palpitante, potencial
…Y sin embargo, después de la masacre,
en la inmediatez del crepitante sonido de cada vello en el aire,
del pelo que era mío y ya no es nada ; ni nadie
Permanezco, sigo, persisto, perduro, persevero
me establezco, me asiento , me avecino
con bulbos ávidos de latencia de vida
con raíces en busca del encuentro; de otros renacimientos.
Y devuelve el espejo un reflejo distinto
(Aunque a veces lo miro y parece el que fuera)
que transtorna, perturba, conmueve, descompone,
destruye, aturde, afecta, inquieta
Acelera, y agita, alborota proteica, pura, etéreamente…
la sabida esperanza de primitivos días, a pesar de tijeras.
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