De mí lo oculto en el cabello
En el rizo, en la vuelta
de espirales.
En la antesala de mis
uñas
En el resplandor
del respirar nocturno
En la almohada invernal,
de golpes de puñal
En la pluma que cae
lentamente.
De mí el segundo, el
minuto y horas, tal vez,
con sublimes fracasos
La piel con su tibieza rebosante de lavandas,
Vainilla y sin querer
jazmín y rosas.
La sincronía del silencio
roto en mil esquirlas de murano antiguo
La melodía de mi sombra
danzando en madrugada
El despertar de ojos arañando la luna
Enhebrando las voces de
recuerdos gastados.
De vos lo implícito, lo
nunca visto, lo perenne, lo ciego para otros
La impercepción del
movimiento de tus horas
La locura , el arrojo ,
el honor y el delirio
La remembranza histórica
de pasos y tropiezos
La quimera, el ardor, la
eternidad sin ojos
De mí lo tuyo, que es
también lo mío
De mi tu sol, mi Tierra
y Marte,
Es ese lago azul, el río virgen
La plenitud de aquel
cañón sin pasos.
De mí tu voz, tu media
luz y sólo a veces faro
La sinrazón , la huida ,
el titubear en olas
Tu terquedad, lo magro,
el retroceso
De vos, lo mío, esta
distancia, este silencio calmo
La inmensidad, lo
arrollador, la llama
Lo indivisible, él
átomo, el reloj
El positrón con su
electrón
Los años…
Y esta existencia gris,
a veces tácita
de irremediablemente
amarillos ocasos.
2 comentarios:
Si sólo tuviera un poco de tu talento ante las letras, mi estimadísima poeta... sólo una brizna del aliento que te lleva a escribir, una mirada o atajo entre la humanidad, la humildad y la sensibilidad grandiosas con que la vida te nutre!
Tu poema es un ejemplo para mí, un atisbo a donde quiero llegar en las letras.
Ay Edgar!...gracias amigo. Tus palabras son un aliento que sopla mi pluma para que vuele y vuele. Gracias (aunque no creo ser merecedora de tanto). Es simplemente el alma que quiere ser y la dejo. Sobretodo cuando clama y gime cómo si quisiera salirse de mí. Es entonces cuando le doy alas. Besos
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