miércoles, 5 de mayo de 2010

Clepsidra eterna, por Judith Márquez

En los enigmas encontré respuestas
Y melodía en unas notas vagas,
El cimarrón susurro de una noche
Y aquel buzón cargado de mensajes…
Que alguna vez atiborré en cascada.
En los relojes castigué en colores
La bipolaridad de aquel abrazo magro
Recapturé minutos de tu sombra
Y le robé segundos a tu espacio.
Repliqué la clepsidra exactamente,
Con nobles materiales y en escala.
Para cuantificar sonidos de tus labios
Para medir con agua los vocablos,
La canción, la dicción, el lineamiento,
el murmullo, la voz, los mil pretextos
Con los que en este día te he anhelado.

1 comentario:

Édgar Ahumada dijo...

Mejor que cualquier cosa que pueda yo decir, son las palabras de Bertrand Russell: "Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad." Pero todavía mejor, más profundas, suenan las líneas de esta entrada, mi querida Jud.
Leerte es como caminar mirando el alma del ser humano sin vestiduras.
Una maravilla.