sábado, 10 de abril de 2010

Al alba; por Judith Márquez




¿Por qué gritan los silencios a través de mis ojos
si por siglos he callado su bullicioso estruendo?
Más; esta noche no he logrado, no he podido satisfacerlos
Me laceran, me carcomen, me reinventan
Entierran sus verdades en mis oídos
Se cuelan en mi pelo.
Invaden desafiando las leyes del ocaso.
Musitan aberrantes desde  la médula ósea del anhelo.
Agitan  las fuerzas y las ansias, hasta alcanzar escape.
Entonces, en su tiempo y no antes:
Se apoderan, se dibujan, me trascienden
segundo a segundo en un aturdimiento sin pausas
hasta confundirse con la aurora…

Y te nombran, y te nombran y te nombran
Sin que medie piedad para conmigo.

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